viernes, 23 de noviembre de 2012

EL IMPERIO PERSA

LOS PERSA
El nombre Persa proviene del latín Persa(e), y éste del griego Περσίς y Περσική; gent. El término Persa alude a una región histórica de Oriente Medio, al este de Mesopotamia, hoy en día Irán.
HISTORIA DE LOS PERSAS
Los persas fueron un pueblo de origen indoeuropeo de la rama indo-irania que acabaron fusionándose con los pueblos que conquistaron en la época aqueménida.
Se originó como un grupo de tribus nómadas cuya localización original radicaba al norte de la meseta de Irán. Alrededor de 1400 a. C., algunas de estas tribus, antepasadas de los persas históricos, se trasladaron hacia el sur de Irán.
CULTURA PERSA

La religión persa
La religión persa provino de las predicaciones del profeta Zarathustra, fundador del mazdeísmo o como este llamaba a su religión Daena Vanguji, que se piensa predicó en el siglo VI antes de Cristo parte en Asia Central y parte en Irán, adoptando los persas su religión. El libro sagrado de esta religión era el Avesta y su punto principal era la existencia de dos espíritus principales; uno llamado Ahura Mazda, que era la representación del bien y otro llamado Angra Mainyu, que era la representación del mal. La religión persa también incluía conceptos novedosos como el juicio final en el cual el espíritu de los muertos era juzgado en base a sus acciones en la vida y eso definiría su futuro en su nueva vida después de la muerte.



LA EXPAMSIOM PERSA
En el 559 a. C. asume el trono de Persia Ciro de la Dinastía Aqueménida. Hasta ese momento los persas eran nominalmente súbditos de los medos. Con Ciro esto cambió puesto que independizó al país de los medos y luego lanzó una guerra de conquista contra sus antiguos amos.
A pesar de haberlos derrotado, Ciro les permitió seguir ocupando cargos y mantener cierta autonomía. Luego se dedico a conquistar las zonas del Asia Central y la frontera con la India donde se fundaron ciudades y se construyeron fortificaciones para proteger al Imperio contra los ataques provenientes de los bárbaros del Asia Central.
A continuación las fuerzas persas pasaron a la ofensiva en Asia Menor dominando el reino de Lidia, cuyo rey era el famoso Creso, uno de los reyes más ricos de la época. Esta zona junto con Jonia estaba poblada por griegos o tenía influencia griega lo que hizo que la población fuera levantisca.
Luego de un periodo sin guerras los persas atacaron Babilonia apoderándose además de toda la Mesopotamia, Siria y Palestina. Los persas liberaron a los israelitas de su cautiverio en Babilonia y en muchas zonas fueron recibidos como libertadores.
Luego de estas campañas falleció Ciro II y le sucedió como rey Cambises que conquistó Egipto para Persia. Egipto nunca aceptó el dominio persa por lo cual eran frecuentes las conspiraciones y los alzamientos. En varias oportunidades se sublevó y logró recuperar su independencia por algún tiempo.
También las zonas griegas del Asia menor se sublevaron entre 499 y 494 a. C. (revuelta jónica) con ayuda de los griegos de Europa especialmente de Atenas, lo que llevó a los persas a tratar de eliminar la amenaza griega en dos oportunidades, fracasando estrepitosamente.
A partir de la derrota en Grecia los griegos con sus recursos limitados pasaron a la ofensiva, atacando en algunos puntos o apoyando a los revoltosos en otros, sin dañar demasiado al Imperio aqueménida. Los persas hábilmente promovieron la rivalidad entre Atenas y Esparta.


LA CAIDA DEL IMPERIO PERSA

Los persas no tenían rivales militares gracias a su gran ejército, excepto los griegos que eran superiores en sus tácticas.
 Los griegos tenían en su contra la gran fragmentación política. En Grecia el poder estaba dividido entre cientos de ciudades estado, mientras que Persia era un imperio enorme totalmente unificado. Los reyes persas hábilmente promovieron las disputas entre estados griegos para evitar que alguno tuviera la hegemonía. Pero finalmente eso sucedió.
Alrededor del año 350 a. C., Filipo II, el rey de Macedonia, emprendió una política expansiva de su reino, organizando un ejército regular muy profesional y creando armamentos y tácticas aún superiores a las clásicas tácticas griegas. Gracias a esto logró unificar amplias zonas de Grecia incorporándolas a su reino y sometiendo a su mandato con cierto grado de autonomía al resto de las ciudades griegas con excepción de Esparta. Filipo obligó a los estados griegos a cesar las luchas, colocó guarniciones macedonias en los puntos estratégicos y se formó una liga de estados griegos que formarían un ejército para invadir el Imperio Persa. Cuando todo estaba preparado Filipo fue asesinado. Entonces su hijo Alejandro ocupó el trono. La invasión debió demorarse para volver a someter a los estados griegos que ante la muerte de Filipo pretendieron recobrar su independencia. Alejandro logró dominarlos y en el año 334 a. C. cruzó al Asia menor y derrotó a los persas en Granico.


EJERCITO PERSA


El ejército persa se caracterizaba por dos cosas: destreza y puntería. El ejército personal se componía de soldados entrenados para la batalla llamados los "Inmortales". Era un ejército de 10.000 hombres; se les decía así porque cada vez que caía uno era repuesto por otro de la reserva; y los arqueros a caballo, eran una especialidad de los persas que requería una coordinación y habilidad excepcional, que combinaba la arquería con la caballería.
















 
 Mesopotamia
 
Mesopotamia (del griego: Μεσοποταμία, meso-potamía, ‘entre ríos’, traducción del antiguo persa Miyanrudan, ‘la tierra entre ríos’, o del arameo beth nahrin, ‘entre dos ríos’) es el nombre por el cual se conoce a la zona del Oriente Próximo ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates, si bien se extiende a las zonas fértiles contiguas a la franja entre los dos ríos, y que coincide aproximadamente con las áreas no desérticas del actual Irak y la zona limítrofe del noreste de Siria.
El término alude principalmente a esta zona en la Edad Antigua que se dividía en Asiria, al norte, y Babilonia al sur. Babilonia, a su vez, se dividía en Acadia (parte alta) y Sumeria (parte baja).[1] Sus gobernantes eran llamados patesi.
 
Historia
En el interior de Mesopotamia, la agricultura y la ganadería se impusieron entre el 6000 y el 5000 a. C., suponiendo la entrada de lleno al Neolítico.[2]
Durante este período, las nuevas técnicas de producción que se habían desarrollado en el área neolítica inicial se expandieron por las regiones de desarrollo más tardío, entre ellas la Mesopotamia interior.[2]
Este hecho conllevó el desarrollo de las ciudades.
Algunas de las primeras fueron Buqras, Umm Dabaghiyah y Yarim y, más tardíamente, Tell es-Sawwan y Choga Mami, que formaron la llamada cultura Umm Dabaghiyah. Posteriormente ésta fue sustituida por las culturas de Hassuna-Samarra, entre el 5600 y el 5000 a. C., y por la cultura Halaf entre el 5600 y el 4000 a. C. (Halaf tardío).[3] [2]
 
Cultura
Las culturas de Mesopotamia fueron pioneras en muchas de las ramas de conocimiento; desarrollaron la escritura que se denominó cuneiforme, en principio pictográfica y más adelante la fonética; en el campo del derecho, crearon los primeros códigos de leyes; en arquitectura, desarrollaron importantes avances como la bóveda y la cúpula, crearon un calendario de 12 meses y 360 días e inventaron el sistema de numeración sexagesimal.
 
Ciencias
El cálculo floreció en Mesopotamia mediante un sistema de numeración decimal y sistema sexagesimal, cuya primera aplicación fue en el comercio.
 Además de la suma y resta conocían la multiplicación y la división. A partir del II milenio a. C. desarrollaron una matemática que permitía resolver ecuaciones hasta de tercer grado.
 Conocían asimismo un valor aproximado del número π, de la raíz y la potencia, y eran capaces de calcular volúmenes y superficies de las principales figuras geométricas.[16]
 
La astronomía floreció de igual forma. Los sumerios sabían distinguir entre planetas –objetos móviles– y estrellas.
 Pero fueron los babilonios quienes más desarrollaron este campo, siendo capaces de prever fenómenos astronómicos con antelación.
 
arte y cienci
 
Arte
En la fértil de una y otra llanura, abundantemente regada en su parte inferior por los dos ríos que delimitan esta civilización, se produjo muy pronto la sedentarización de los pueblos nómadas que pasaban por allí convirtiéndose en agricultores y desarrollando una cultura y un arte con una sorprendente variedad de formas y estilos.[18]
 
 
Religión
La religión era politeísta, en cada ciudad se adoraba a distintos dioses, aunque había algunos comunes. Entre estos podemos ver a:
 
Anu: dios del cielo y padre de los dioses.
 
 
 
Enki: dios de la Sabiduría
 
 
 
Nannar: dios de la Luna
 
 
Utu: dios del Sol (hacia el 5100 a. C. se llamaba Ninurta).
 
 
 
 
 
 
Ea: creador de los hombres
 
 
Enlil: dios del viento.
 
 
 
Sumerios-Acadios
 
Los sumerios
Fue la primera civilización mesopotámica. Después del año 3000 a. C. los sumerios crearon en la baja Mesopotamia un conjunto de ciudades-Estado: Uruk, Lagash, Kish, Uma, Ur, Eridu y Ea cuyo medio económico se basaba en el regadío.
En ellas había un rey absoluto, que se hacía llamar «vicario» del dios protector de la ciudad. Fueron los primeros en escribir (escritura cuneiforme), también construyeron grandes templos.
 
Invasión persa
En el año 539 a.C., el rey persa Ciro, el nuevo rey de Asia, ocupó Babilonia y estableció su poder en toda Mesopotamia.
Si bien Ciro fue un gran conquistador, el constructor del imperio persa fue Darío, "el gran rey", quien lo organizó quince años después de la muerte de Ciro.
 Los reyes que sucedieron a Darío llevaron una vida de opulencia que nada tenía que ver con sus antecesores, lo que los llevó a la decadencia. Fue así como los macedonios, al mando de Alejandro Magno (331 a.C.), conquistaron para sí todo el imperio persa. Los persas dominaron hasta el siglo IV a.C.[14] .